Agua y cloacas, los puntos más urgentes –junto con la seguridad- de los distritos de la provincia de Buenos Aires están por estos días en la mesa de discusión de los intendentes con el ministerio que encabeza Rogelio Frigerio.
Según pudo constatar LPO, los alcaldes quieren migrar del deficitario servicio de Absa para ser absorbidos por AySA, que intuyen será mejorado por el Gobierno. De hecho Nicolás Ducoté (Pilar) y Ariel Sujarchuk (Escobar) ya firmaron convenios para pasarse a lo largo de este año.
AySA mantiene obras paradas como la ampliación de la Planta Depuradora en Hurlingham, suspendida desde julio de 2015 cuando Julio de Vido le pisó los fondos al massista Luis Acuña. Ahora el peronista Juan Zabaleta reclama la reactivación de esta importante obra para el distrito.
Pese a esta parálisis, que parece extenderse a varias áreas de Gobierno, los jefes comunales miran el mediano plazo y ya le manifestaron a Frigerio en las reuniones que mantuvieron en los últimos días su necesidad de escapar del pobre desempeño de la bonaerense Absa.
La falta de agua potable y cloacas es la cara más cruda de una mala gestión, y repercute en las zonas pobres de la región metropolitana. Se trata de infraestructura social básica, cuyas obras reducen notablemente las enfermedades.
Son obras que no se ven y no tienen tanto marketing, pero para los intendentes más inteligentes se trata de la mejor inversión que pueda llegar de Nación. Lo que aporte el Gobierno en este tema, lo ahorrarán luego en centros de salud y lo ganarán luego en la fidelidad de sus votantes.
De hecho, esta fue una de las propuestas tanto de Aníbal Fernández y Julián Domínguez durante la campaña pasada, y hasta el líder del gremio de Obras Sanitarias, José Luis Lingeri, le pedía a Daniel Scioli que si resultaba presidente ampliara AySA para reeditar la vieja Obras Sanitarias en todo el país.
Son 92 los distritos de la provincia que tienen Absa, y al menos en el Conurbano hablan pestes de la empresa. Aseguran que le falta presupuesto, además de problemas gremiales con su personal. Sujarchuk directamente le plantó un amparo para que normalice el servicio, que fue avalado por la Justicia.
En Malvinas Argentinas, Leonardo Nardini debió intervenir en un barrio a fin de año para que pueda tener agua: le costó 1 millón y medio de pesos de las arcas comunales. “Tenemos las bombas rotas, no le hacen matenimiento, es muy precario el servicio”, dijeron desde la municipalidad.
En Merlo también tienen Absa y como el resto de sus colegas, Gustavo Menéndez busca la llegada de AySA al distrito, o avanzar en la municipalización del servicio, según comentó a este medio. Esta zona está muy complicada por los basurales a cielo abierto, que contaminan las napas.
Con todo, desde el Ministerio de Interior y Obras Públicas señalaron a LPO que no hay una decisión tomada, pero que está abierta la posibilidad de que AySA termine absorbiendo el servicio de la empresa bonaerense en el resto de distritos, paso a paso.
Fuentes de la cartera de Frigerio señalaron que de todas formas depende también de la decisión política de los intendentes, y ratificaron que este tema fue conversado en las reuniones que mantuvieron la semana pasada.
Las obras paradas y en marcha
En Hurlingham, AySA había iniciado la construcción de una planta de tratamiento a la vera del Camino del Buen Ayre, durante el final del mandato de Cristina Kirchner. Hay que decirlo, el gobierno del FPV le dio atención a estos temas y en varios distritos se avanzó.
Pero ahora la planta de la localidad que gobierna Zabaleta está paralizada. "Hay una marcha y contramarcha con los contratistas. Y esto también tienen que ver con la entrada del nuevo gobierno, que lógicamente bajó el ritmo de las obras. Pero está en vías de solución", aseguraron desde la empresa de agua.
Desde la cartera nacional admitieron el parate no sólo en la provincia, sino en obras de todo el país. "La administración anterior dejó una deuda de 10 mil millones de pesos en materia de obras. De a poco las estamos reactivando. Llegamos en diciembre y todas las obras estaban paradas, los últimos certificados de obras eran de septiembre", sostuvieron.
En Tigre, el massista Julio Zamora espera por la finalización de una mega planta ubicada en Dique Luján, con el 90% de su construcción. De acuerdo con AySA ya hay un módulo que está abasteciendo a Tigre y Pacheco.
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