El presidente del Gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, realizó un dramático pedido a los partidos de derecha y los independentistas catalanes para que le aprueben el presupuesto, caso contrario analiza adelantar las elecciones.

Este martes, la ministra de Hacienda, María Jesús Montero, realizó en el Congreso un Ãºltimo intento para convencer a la oposición aunque las posibilidades de éxito son muy pocas. Al mismo tiempo, Sánchez lanzaba un fuerte mensaje por las redes sociales.

"Ambos quieren lo mismo: una Cataluña enfrentada a sí misma y una España enfrentada a sí misma. Nosotros trabajamos por una Cataluña en convivencia para una España unida", lanzó en referencia a los opositores. "Viven mejor en la confrontación. Tienen miedo al diálogo", completó. En paralelo, su ministra de Hacienda cuestionaba "la intolerable escalada de la crispación" que atribuyó al Partido Popular, a Ciudadanos y "al otro partido por el que se han dejado arrastrar", en referencia al ultraderechista Vox.

Mientras pide ayuda a la oposición, el gobierno de Sánchez se encarga de dejar en claro que no habrá concesiones a los independentistas, justo después de la multitudinaria manifestación "nacionalista" del domingo pasado y el mismo día que se inició el juicio contra los dirigentes catalanes por el intento secesionista. "Este Gobierno ni ahora ni nunca va a aceptar la autodeterminación", reiteró hoy Montero.

Es que los partidos de derecha le reprochan a Sánchez haber aceptado la figura de un "mediador" que le exigieron los separatistas catalanes para discutir su apoyo a los presupuestos. La decisión del presidente fue considerada por los opositores al socialista como un acto de traición a España, ya que con ese gesto -evaluaron- le dio una categoría similar a Cataluña a la de un país independiente.

El bloqueo del Presupuesto y la crisis con los separatistas tienen al gobierno español al borde de la caída. El lunes, Sánchez le filtró a la agencia EFE que si no aprueban el presupuesto podría adelantar las elecciones legislativas para mediados de abril próximo. Los actuales mandatos vencen en 2020.

Masiva marcha en Madrid contra Pedro Sánchez, que acusa a la derecha de dividir España

El socialista Sánchez accedió a la Jefatura del Gobierno en junio de 2018 tras una moción de censura contra Mariano Rajoy apoyada por las formaciones de izquierda y los nacionalistas vascos y catalanes. El PP y Ciudadanos han intensificado su presión a Sánchez para que adelante las elecciones, con el argumento de que no se puede mantener en el poder con el apoyo de los independentistas.

España celebrará elecciones locales, regionales y europeas el 26 de mayo, pero los dirigentes regionales del PSOE han pedido a Sánchez no unirlas con unas legislativas, de modo que las primeras no se "contaminen" con el debate nacional, especialmente con la crisis política de la región de Cataluña. Es decir, quieren evitar el arrastre negativo del gobierno.

Sánchez cuenta con un exiguo apoyo parlamentario: las 84 bancas del socialismo y las 67 de Podemos, sobre un total de 350 escaños. En tanto, el PP tiene 134 diputados y Ciudadanos 32. El resto pertenecen a independentistas vascos y catalanes y partidos regionales.