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La importancia de la relación con Francia
Por Francisco de Santibañes
Además de ser un referente cultural e intelectual para millones de argentinos, el país galo mantiene su condición de potencia media en el plano económico, político y militar.

La visita del presidente Francois Hollande a la Argentina es importante no solo porque marca un acercamiento del país con el mundo desarrollado, sino también por la relevancia que tiene Francia en sí misma. Además de ser un referente cultural e intelectual para millones de argentinos, el país galo mantiene su condición de potencia media en el plano económico, político y militar.

En efecto, Francia es actualmente la novena economía del mundo, mantiene un sistema educativo y científico de enorme sofisticación y posee un gran número de multinacionales -más inclusive que Gran Bretaña y Alemania. Paris tiene asimismo bases militares en Africa y el Medio Oriente y, a pesar de los recortes que sufrió su sistema de defensa, continúa teniendo la capacidad para enviar tropas a largas distancias. En el plano diplomático, junto con Alemania forma el corazón de la Unión Europea y, dada la calidad de su cuerpo diplomático, ha alcanzado un grado de influencia en los organismos internacionales que supera ampliamente el que le correspondería por el tamaño de su economía.

En los últimos años el Presidente Hollande fortaleció asimismo la alianza estratégica que Nicolas Sarkozy estableció con Estados Unidos hace casi una década y que le permitió posicionar a su país como el principal socio europeo de Washington –en reemplazo de una Gran Bretaña que ahora se muestra reacia a acompañarlo en sus intervenciones en el exterior.

¿Pero porqué debe interesarnos a los argentinos mantener una relación constructiva con Francia? Principalmente porque sus multinacionales son una potencial fuente de inversiones directas, que son las que más necesitamos ya que –a diferencia de las especulativas- estas se quedan en el país y generan trabajos.

Otro ámbito en el cual la Argentina puede colaborar con Francia es en el de la defensa, dado que esta nación posee una moderna industria militar e históricamente nos ha provisto de sistemas de armas –recordemos, por ejemplo, los aviones Super Etendard que fueron utilizaron durante la guerra de Malvinas. La necesidad de modernizar nuestro sistema de defensa nos permite entonces pensar en la posibilidad de producir localmente material militar con diseños y tecnología francesa.

El acercamiento entre ambos países se ha vuelto posible, en parte, gracias a la llegada al poder de Cambiemos. Ahora la Argentina parece haber ganado relevancia a nivel regional y se ha convertido, según algunos analistas, en una de las economías emergentes con mayores perspectivas de crecimiento. Esto contrasta con la seria crisis social, económica y política por la que atraviesa Brasil, crisis que lejos de ser momentánea seguramente durara años. El atractivo de Argentina como posible socio para Francia también se debe a que junto a Brasil y México somos una de las tres principales naciones latinoamericanas en términos de influencia política, condición que despierta el interés de cualquier potencia media.

Pero para que el mejoramiento de las relaciones con el gobierno francés –y con otras naciones desarrolladas- termine de afianzarse, habrá primero que dar señales claras que queremos integrarnos en el mundo. Esto significa, básicamente, formular una política exterior más realista que nos convierta en un socio previsible y atractivo. Habrá asimismo que mostrarse dispuesto a formar parte de las cadenas globales de valor que les permite a las firmas multinacionales establecer los distintos eslabones de sus cadenas de elaboración en aquellos países que cuentan con ventajas comparativas. Esto nos permitirá recibir más y mejor inversión, estimular la competencia interna y acercarnos a la frontera tecnológica. Habrá por lo tanto que firmar un tratado de libre comercio con la Unión Europea, actualmente en proceso de negociación, como paso inicial de una política comercial que busque mejorar la productividad –y de esta manera los salarios- de nuestra economía.

Hace más de 50 años el General De Gaulle visito la Argentina y se reunió con el Presidente Illia. Si bien desde entonces ambos países perdieron peso estratégico, a ambas naciones las une el deseo de ganar relevancia. La llegada de Hollande al país es una buena oportunidad para que, integradas plenamente al mundo, ambas naciones recorramos juntas el camino hacia el progreso. 

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